jueves, enero 24, 2008

EN CALMA


Calma, todo está en calma,
deja que el beso dure,
deja que el tiempo cure,
deja que el alma
tenga la misma edad
que la edad del cielo...

La edad del cielo- Jorge Drexler

Y me quedó dando vueltas en la cabeza (después de leer a caminante) lo de los espacios de calma que son necesarios para todos, esos rincones que de una u otra forma buscamos y que tienen relación con la constante necesidad de encontrar la felicidad (pero dando el espacio suficiente para decir que la felicidad es absolutamente subjetiva)
Normalmente en mis estados de NO calma tengo varios rituales que se repiten, escribo en forma particularmente desgarrante, en cualquier lugar, sin mucho filtro y en un salir de letras desde mi cabeza que es como un vómito constante de ideas. Con el tiempo aprendí a respetar este particular estado en mí, pues me remece de tal forma que a veces también influye en los demás, me hace replantear mis acciones y por eso he tenido que aprender a no dejar que me domine, lo asumo, lo vivo, hago decantar mis ideas y continúo…
Pero en estos días sin saber como (nahhh… en realidad si lo sé) después de mucho tiempo, estoy en calma.
Aunque debo decir que mi calma no pasa por estar mas o menos neurótica o bipolar (que de ese club soy socia)
No puedo explicar el como suceden las cosas en general, que es lo que gatilla que las personas se muevan por distintos estados anímicos, podría decir que se debe a las personas que los rodean, al medio en el cual giran sus vidas, a lo que desean, pero para mi tiene relación con mis afectos, con sentir que están cerca o lejos (y no hablo de distancias físicas) con saber que están, saber que existen esos lazos, que se construyen lento, a base de creer, de amistad, de querer estar y a base de historias, muchas historias.
Pero se que esa calma se refleja hoy en que río mucho mas seguido y con esa risa escandalosa y contagiosa que a veces solo sale de algún rincón y aunque ni yo lo creo, también se refleja en que a pesar de que detesto levantarme tan temprano, ya no se me hace tan difícil.
Y busco letras para escribir las historias que quiero contar y que solo me interesan a mí.
Sé que no soy fácil de entender y siendo sincera no pido eso, no quiero. Aprendí que uno no debe “entender” debe acompañar. Y en estos días en que observo mis pies desnudos y veo las horas pasar en el tiempo justo, siento que me acompañas.
Y sé que si te busco, hoy puedo encontrarte.
Y me abrazo a esto y te miro cuando sonríes.
Y vuelvo a la calma.
Lentamente.


PS: ñañito... yo no puedo decirle que hacer, solo le dejo un abrazo grande, que sepa que lo quiero un millon, que espero tenerlo por aquí muy pronto y como le dije... todo se transforma (y ella se lo pierde)

No hay comentarios.: