Nunca conocí a babito.
No era mi amigo.
Nunca estuvimos en una fiesta juntos, ni compartimos el mismo lugar.
Ni siquiera compartimos alguna vez una palabra.
Solo conocí a babito a través de la mirada de Hernán.
A través de sus historias aprendí a conocer a una persona a la que no le importaba mucho lo que otros dijeran de él o lo que opinaran de su forma de vestir.
Que era feliz con sus amigos y que mi Hernán era uno de ellos.
Que vivía cada segundo disfrutándolo como si fuera el ultimo y este ultimo segundo llego anoche…
Por alguna extraña razón eligió irse el mismo día que mi madre.
Yo espero aprender un poquito de él para ser menos egoísta y más feliz…