La familia en la que nacemos no se elige, eso es una verdad absoluta.
Nacemos alrededor de personas con las que tenemos un lazo de sangre, pero que no controlamos, y pasamos a ser parte de un engranaje de algo llamado familia y que de la misma forma como cuando tenemos una planta, debemos aprender a cuidarla para que crezcan esos afectos y se generen lazos profundos.
En nuestros primeros años dependemos de nuestros padres para todo y vemos a través de sus ojos el mundo que nos rodea.
Luego lentamente vamos descubriendo que somos seres diferentes a ellos, con mirada, pensamiento y voz.
Y de repente, sin darnos cuenta, vemos como a veces dejan de ser superhéroes y pasan a ser humanos, personas de carne y hueso que cometen errores que no habíamos visto antes.
No siempre podemos modificar las acciones de los que nos rodean.
Muchas veces no nos corresponde hacerlo.
Tampoco podemos obligar a que otros nos quieran.
Solo queda perdonar y no cometer los errores de los otros.
A veces la familia no está cerca, otras veces pasa que personas que no tienen ninguna relación directa con nosotros nos entregan ese cariño y creamos nuevas familias.
Los afectos (todos) son un tema de piel.
De amor.
Pero también se nos da la oportunidad de crear nuestra propia familia... yo estoy comenzando ese camino.
Y doy gracias por eso.
1 comentario:
Hola, cómo estás??
Ese es tu papi???
ME LO SALUDAS!!!
PARA TI Y TODA TU FAMILIA FELIZ NAVIDAD!!!!!!!!!!
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